El fichaje de Philippe Coutinho por el FC Barcelona se concretó después de meses de culebrón. El FC Barcelona aceptó desembolsar los 160 millones que pedía el Liverpool para traer al centrocampista brasileño al Camp Nou. El futbolista deseaba venir con todas sus fuerzas y el Liverpool acabó cediendo a lo inevitable.

El fichaje de Coutinho por el FC Barcelona también ha supuesto reunir al póker de atacantes más caro del mundo, si miramos sus cláusulas de rescisión. Algo que ha impuesto el club azulgrana tanto en incorporaciones como en renovaciones para evitar la fuga de sus cracks como ya pasó con Neymar el pasado verano.

La cláusula más alta de toda la plantilla del FC Barcelona es la de Lionel Messi, que hace unas semanas renovó con el equipo azulgrana elevando sustancialmente su ficha y elevando su cláusula de rescisión a los 700 millones de euros. Una cifra astronómica anti-jeques que pretende ahuyentar las tentaciones de los equipos que quieran al argentino.

Por su parte, su compañero y amigo Luis Suárez tiene una cláusula de 200. Bastante más baja, algo que el FC Barcelona espera solucionar en su próxima renovación. Por su parte, los recientes fichajes azulgranas, Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé, tienen la misma cláusula de 400 millones de euros, cifras elevadas que no son factibles en el mercado actual. Entre los cuatro suman 1.700 millones de euros en precio. 

Disposición sobre el campo

Philippe Coutinho también tiene la capacidad de actuar de interior, por lo que Ernesto Valverde podría recuperar el 4-3-3, un esquema que ha sido prácticamente inamovible en la última década azulgrana. De este modo, el tridente ofensivo estaría formado por Messi, Suárez y Dembélé, mientras que Coutinho pasaría a jugar de interior por delante de Busquets y apoyado por hombres como Rakitic, Paulinho o Iniesta. Sin embargo, en la Champions League cambiarían las tornas, ya que el brasileño no podrá jugar con el Barcelona por haberlo hecho ya con el Liverpool.