Luis Enrique regresó a las rotaciones este sábado de cara al encuentro de Liga Santander contra el Deportivo Alavés, correspondiente a la jornada 22 del campeonato doméstico. Sin embargo, lo hizo de manera obligada esta vez, debido a las ausencias de Javier Mascherano y Gerard Piqué en la zaga defensiva, además de la voluntad de dar descanso a los dos carrileros "titulares".

Fue por eso por lo que Sergi Roberto y Jordi Alba se quedaron en el banquillo, al estar muy cargados de minutos desde que empezó 2017 y, por lo tanto, disponiendo de tiempo de descanso para afrontar de la mejor manera posible el próximo martes el partido de ida de octavos de final de UEFA Champions League 2016-17 contra el Paris Saint-Germain en el Parque de Los Príncipes.

Luis Enrique, condicionado por las bajas en el Barça

Javier Mascherano estará unas semanas de baja por culpa de una lesión en el bíceps femoral, mientras que Gerard Piqué dio la sorpresa al no entrar en la lista de convocados este pasado viernes, por culpa de unas molestias.

Todo ello propició que este sábado pudiera verse sobre el césped de Mendizorroza una defensa atípica en el Barça, y que jamás había sido alineada hasta ahora: Aleix Vidal, Samuel Umtiti, Jeremy Mathieu y Lucas Digne.

El tarraconense fue el único en romper la "sintonía francesa", y la realidad es que no puede decirse que se trate de una defensa que tenga gran sinergia en compromisos de élite, dado que nunca antes habían jugado juntos.

En cualquier caso, Luis Enrique se dejó en el banquillo a jugadores como Andrés Iniesta, Jordi Alba y Sergi Roberto para darles entrada cuando fuera necesario, en el caso de que las cosas no funcionaran correctamente sobre el terreno de juego para los intereses culés.