Hay maneras y maneras de perder. Es cierto que el Liverpool ha demostrado durante toda la eliminatoria que es mejor equipo que el FC Barcelona. Jürgen Klopp demostró tener más soluciones que Ernesto Valverde, los jugadores 'reds' son físicamente muy superiores a los culés y el sentido del juego colectivo de ambos equipos también está a leguas.

Caer ante un equipo que es superior puede ser algo normal, y no hay dudas de que el Liverpool es cada vez más poderoso, tanto por la calidad de su plantilla, como por la ambición que tienen, con un Klopp que ha puesto patas arriba a un conjunto que hacía mucho tiempo que no era tan competitivo como ahora.

Dando por hecho de que el Liverpool es mejor que el Barça, caer como se cayó este sábado fue totalmente intolerable. El FC Barcelona no tendrá una oportunidad mejor de jugar una final. En el partido de ida, pese al repaso de los 'reds', los culés se llevaron un botín de tres goles de ventaja, además de tener el aviso de la pasada temporada, en la que se fue víctima de la remontada fatídica en Roma.

También hay que tener en cuenta que el Liverpool llegaba con muchos factores en contra además del marcador: ninguno de los titulares pudo descansar el pasado fin de semana y, además, los dos mejores jugadores de los 'reds, Mohamed Salah y Roberto Firmino, no pudieron jugar por culpa de las lesiones.

Por muy bueno que sea el Liverpool, eran demasiados los factores y trabas que los de Klopp debían superar. Pero el FC Barcelona se lo puso muy fácil. De los cuatro goles 'reds', tres fueron por culpa de errores defensivos infantiles, poco dignos de futbolistas profesionales que aspiran al título más importante de Europa.

El Barcelona, sin excusas

El FC Barcelona volvió a cometer los mismos errores que en Roma y, por si fuese poco, los mismos que en la ida ante el Liverpool. El 3-0 resultó ser una venda en los ojos de Valverde y de los propis futbolistas, que cayeron nuevamente en las mismas trampas. Del cielo al infierno en apenas una semana. El ridículo de este martes no se tapa ni en caso de lograrse el 'doblete'.