Ver la alineación del FC Barcelona ante el Sevilla este sábado sin la presencia de Ousmane Dembélé sorprendió a más de uno. Ernesto Valverde le quiere mimar y tener en el mejor estado de forma posible de cara al tramo de partidos que se vienen en los próximos días, por lo que le dejó en el banquillo en el Ramón Sánchez Pizjuán.

El problema fue que el Sevilla se desmelenó en la primera parte y el Txingurri no podía esperar más para poner en la mesa el as que tenía en la manga. El 'mosquito' salió al campo tras la reanudación para intentar agitar el partido y, sin lugar a dudas, lo consiguió. Desde el primer minuto en el que estuvo en el campo, mostró un tremendo ímpetu.

Es cierto que, a nivel de acierto de cara al gol o en algunos pases, no fue su mejor día. Pero este Dembélé ya no es el Dembélé apático de la pasada campaña. Incluso sin estar especialmente acertado -falló un remate estando solo en boca de gol- consiguió dar dinamismo al juego del FC Barcelona con sus carreras por ambas bandas.

Al final, la insistencia del francés tuvo premio y, en el minuto 65, demostró que cada vez entiende mejor los mecanismos del equipo catalán y también los movimientos de Leo Messi. Dembélé hizo la de Jordi Alba -aunque por la banda derecha- y, casi de forma mecánica, puso el balón entre la frontal del área y el punto de penalti, donde esperaba Leo Messi para 'cazar' el empate.

Dembélé y Messi, pareja letal

Nuevamente, Ousmane Dembélé demostró que es un jugador fundamental para el FC Barcelona ya que, junto a Leo Messi, es el único capaz de inventar jugadas inesperadas que rompan los esquemas del partido. Para más inri, el francés y el argentino se entienden sobre el campo, se llevan bien y forman una sociedad letal.

La foto con Messi subido encima del galo levantando el puño tal vez represente lo importante que el '11' puede llegar a ser para el '10'. A día de hoy, Dembélé está en plena forma y sería extraño volverle a ver en el banquillo ante el Real Madrid en cualquiera de los dos Clásicos o ante el Olympique de Lyon.