Cuando no ha estado Sergi Roberto, Luis Enrique ha estado utilizando esta temporada en Liga Santander una variante poco común: el 3-4-3. El técnico asturiano no convocó a Aleix Vidal en ninguno de los encuentros en que faltó el canterano azulgrana, lo que demuestra la poca confianza que tiene depositada en sus servicios como lateral derecho.

En vez de convocarle, prefirió alterar el esquema táctico del equipo y jugar con tres centrales como son Javier Mascherano, Gerard Piqué y Samuel Umtiti o Jeremy Mathieu, dependiendo del partido ante el Leganés o frente al Deportivo de La Coruña este pasado sábado en el Camp Nou.

El caso es que, en ambos casos, el resultado ha sido muy satisfactorio para los intereses del conjunto azulgrana, con dos victorias abultadas por 1-5 en Butarque, contra el Leganés, y 4-0 ante el Deportivo en el santuario blaugrana.

Un balance de nueve goles a favor y uno en contra que se superpone al 3-1 cosechado por el FC Barcelona en la fase de grupos de Champions ante el Paris Saint-Germain en 2014, durante uno de los primeros partidos en que Luis Suárez, Neymar y Leo Messi vieron puerta de forma conjunta.

En aquel partido se utilizó a Pedro Rodríguez como uno de los carrileros en la banda derecha, mientras que Jordi Alba apareció por la izquierda, con tres centrales atrás salvaguardando la portería de Marc-André Ter Stegen. Se trata de un recurso, en definitiva, que de momento está funcionando y que, por tanto, seguirá utilizando Luis Enrique cuando lo vea necesario. ¿El objetivo? Hacer todavía más impredecible al Barça.