El mercado de fichajes ha llegado con mucha fuerza a la Ciudad Condal, donde los rumores apuntan al banquillo. El mal final de temporada del FC Barcelona, en el que se perdieron Champions y Copa del Rey tras haber conquistado Supercopa de España y LaLiga, ha dejado señalado a Ernesto Valverde, cuya continuidad está en juego pese a que no se tomarán decisiones precipitadas.

El martes se ha despertado con informaciones que advierten del despido inminente del extremeño, tras las afirmaciones del periodista Jordi Basté, presentador y director del programa 'El Món a RAC1', en su emisión matinal. Las noticias señalaban que el preparador barcelonista podía ser cesado este mismo martes, o como mucho en los próximos días para empezar a planificar ya el próximo curso.

Pocas horas más tarde, 'Mundo Deportivo' ha replicado asegurando que el club ha desmentido esta decisión, subrayando su falsedad y su falta de justificación. En el Camp Nou tratan de poner límites a la crisis que se ha generado en las últimas semanas, e intentarán que la búsqueda de soluciones a este bache en el camino no se convierta en una revolución descontrolada.

Precisamente, el citado medio asegura que las mismas fuentes cercanas a la entidad han concretado que continúa la reflexión sobre los posibles cambios en el equipo, que podrían afectar tanto al organigrama deportivo, como al banquillo, como a la propia plantilla, en la que ya estaba confirmado que habría algunas altas y bajas a lo largo de la ventana estival.

Josep Maria Bartomeu tiene pendiente una reunión con los resposables deportivos culés, en la que se valorará de forma definitiva si Valverde y su grupo de trabajo deben seguir al frente de la nave, si el mánager general Pep Segura debe asumir responsabilidades o si el vestuario debe afrontar alguna reforma más allá de los retoques que ya estaban previstos.

El Barça debe centrarse en construir, y no en destruir

La calma que trata de imponer el Barça responde a la voluntad de seguir adelante de forma meditada, y de no dejarse llevar por calentones. La directiva está dejando pasar un tiempo prudencial antes de evaluar los últimos disgustos, para asegurar en la medida de lo posible que las decisiones serán las más adecuadas para el futuro del club. Hay que tener en cuenta que no se han alcanzado algunos objetivos pero que el equipos sigue en plena dinámica ganadora, por lo que no conviene una revolución que arrase con todo lo bueno que ya existe en la Ciudad Condal.