Hace ya bastantes años que el FC Barcelona empezó un ciclo ganador. Exceptuando algunas campañas puntuales, los catalanes siempre han tenido algún trofeo que llevarse a sus vitrinas, pero los tripletes han multiplicado la exigencia. Ahora, no todo vale en el Camp Nou, y más contando con los éxitos recientes del Real Madrid.

Después, precisamente, de una mala racha, los blancos han levantado la cabeza, especialmente debido a sus triunfos en Europa. Aunque sus proyectos campeones han tenido una duración escasa, su capacidad de supervivencia ha marcado la diferencia a nivel internacional, en la que unos cuantos partidos al límite son suficientes para llevarse un título de lo más prestigioso.

La Champions, el eje de la temporada del Barça

Así, la tercera eliminación consecutiva en cuartos de final de la Champions ha provocado una reflexión en el Camp Nou, acostumbrado a apuntarse Ligas y con una efectividad impresionante en Copa del Rey. Es cierto que desde 2009, fecha del primer triplete, se arranca cada verano aspirando a todo, pero a la hora de la verdad, siempre acaba descolgándose en el peor momento. Un cambio en la planificación podría compensar esta debilidad.

No se trata de sacrificar algún título para ganar la 'orejona', sino de ajustar la estrategia para llegar al máximo a la fase eliminatoria. Contando que salvo sorpresa los culés suelen alcanzar las rondas definitivas, hay que gestionar mejor la segunda parte del curso, en la que se acelera en el torneo copero y se suele cimentar una ventaja liguera, para llegar al último tercio con mejores perspectivas.

Las rotaciones, la clave para ganar

Hasta bien entrada la temporada 2017-18, las rotaciones estaban siendo una de las principales fortalezas de Ernesto Valverde, siendo su cambio de guión uno de los culpables de la debacle europea. En las eliminatorias ya se ha visto como los titulares andaban justos de fuerzas, arriesgando incluso cuando estaban 'tocados' o lesionados.

Una mayor confianza en el fondo de armario o en la cantera serviría para ir refrescando a los indiscutibles, más necesarios cuanto más se acerca el final. Al contrario que en el Santiago Bernabéu, en el Barça no se aceptaría tirar LaLiga o la Copa, pero sí se exige mejorar en Champions. Toca darle una vuelta para cambiar una tendencia demasiado dolorosa.