El FC Barcelona ha enterrado los fantasmas y polémicas del partido de Mestalla para centrarse, única y exclusivamente, en los partidos que le vienen ahora en Liga Santander y UEFA Champions League, de gran importancia y que deberá ganar para seguir aspirando al liderato del campeonato nacional y, además, mantenerse como primero del Grupo C en Champions.

Los de Luis Enrique están motivados y, pese a las crecientes bajas que afectan a la plantilla, están convencidos de que con la ligera ayuda de los jugadores del filial conseguirán tirar adelante los retos que tienen sobre la mesa, y que no son ni mucho menos asequibles.

Y es que, pese a que jugar contra el Granada en el Camp Nou sí parece un partido fácil, las visitas al Etihad Stadium para enfrentarse al Manchester City, o al Sánchez Pizjuán para jugar ante el Sevilla no lo serán tanto.

La aspiración del Barça es ponerse líder de Liga antes de que llegue el próximo parón de selecciones, durante la segunda semana de noviembre, aunque para ello necesitará dos pinchazos: los de Sevilla y Real Madrid. El del conjunto hispalense lo puede provocar el mismo equipo azulgrana cuando visite el Nervión la semana que viene, pero sí necesitaría que el Real Madrid de Zidane se dejara algún punto en estas dos próximas jornadas de Liga.

Si no es así, en cualquier caso, ganando los próximos compromisos el Barça seguirá perfectamente enganchado al liderato de Liga, y por lo tanto con sus opciones vigentes para revalidar un título que, desde la llegada de Luis Enrique al banquillo culé, ha ganado siempre.

La ventaja del Barça es que, con un balance goleador de 17 goles entre marcados y encajados, tiene un coeficiente mayor que el de Real Madrid y Sevilla, por lo que cualquier empate a puntos situará a los culés por delante en la clasificación.