Si el FC Barcelona no se marchó este martes de Stamford Bridge con varios goles en contra, fue por pura fortuna. Y es que hay que valorar positivamente el resultado obtenido en la ida de octavos de final de Champions League (1-1), pero también tener en cuenta los errores que se cometieron a lo largo del partido, y que podrían haber costado la eliminatoria.

De no haber sido por el gol de Leo Messi y por la ligera desviación en el punto de mira de Willian, el FC Barcelona se habría llevado de Londres una de aquellas goleadas que recibía la pasada temporada contra Paris Saint-Germain y Juventus cuando le tocaba jugar a domicilio.

Porque, como quedó comprobado con los disparos de Willian al palo -dos en la primera mitad- y el gol en el segundo acto, el FC Barcelona dejó demasiados espacios en el balcón del área para que los jugadores del Chelsea, principalmente el brasileño, dispararan con facilidad desde la lejanía y pusieran en serios problemas a Ter Stegen.

El Barça, con mucho en qué pensar

Eden Hazard también dispuso de algún que otro disparo peligroso desde la frontal del área, lo que deja claro que el FC Barcelona deberá trabajar en las próximas sesiones de entrenamiento para mejorar en este aspecto y realizar menos concesiones a sus rivales, siempre con la voluntad de mantener el mismo rigor defensivo que esta temporada 2017-18 le está llevando tan lejos.

El resultado cosechado en Stamford Bridge fue muy bueno teniendo en cuenta cómo fueron las cosas a lo largo del partido, pero el 1-1 no debe distraer a los jugadores culés de la realidad: se jugó un mal encuentro, y habrá que buscar solución a los errores más flagrantes para que éstos no se vuelvan a repetir en el futuro y el Barcelona, uno de los equipos más talentosos del mundo, no tenga que depender de la suerte.