Lejos del ambiente hostil que solía encontrarse siempre que disputaba un partido con la selección española como local en los últimos tiempos, para Gerard Piqué volver a Can Barça era como volver a casa. Un lugar apacible donde se le quiere y en el que no tiene que aguantar la constante mirada despreciativa y apuntadora de diferentes medios de comunicación.

Y a eso ha ayudado que el club siempre haya respaldado a su jugador, pasara lo que pasara. La entidad azulgrana fue la primera que salió a criticar los primeros pitos que su jugador recibió en León, mucho antes que la Real Federación Española de Fútbol. Esa federación que ahora parece que se desvive porque el zaguero no deje el combinado nacional pero que hasta hace nada dejaba crecer ese caldo de cultivo que ha llevado a esto. 

La última polémica ante Albania y tras el famoso corte de mangas fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del canterano culé. Y al igual que siempre, el Barça volvió a salir para respaldar a su muchacho, enviarle mensajes de ánimos y estar a su lado. Algo que "Geri" ha apreciado mucho, según informa el diario "MD".

Por ahora, para el defensor ya se ha acabado el calvario de estar siempre en el ojo del huracán, al menos hasta el próximo parón de selecciones en noviembre. Ahora toca calma y paz, recuperar la sonrisa y darlo todo por el club de sus amores. De buen seguro que el sábado el Camp Nou le dará un recibimiento tal y como se merece.