LaLiga no descansa en el calendario del FC Barcelona, que después de una jornada intersemanal afronta un nuevo enfrentamiento con la confianza del tercer pinchazo de su máximo rival. Los azulgrana estrenarán derbi regional en Montilivi, pero a pesar de ser un recién ascendido el Girona promete ser un rival que no dará facilidades.

Y es que el conjunto rojiblanco tiene la permanencia como máximo objetivo, y no ha olvidado las cualidades que le convirtieron en uno de los mejores de Segunda División y confirmaron la temporada pasada un merecido ascenso a la máxima categoria del fútbol español. Es la primera vez en su historia que la disputan, y no quieren que sea la última.

Uno de los rasgos principales de la formación dirigida por Pablo Machín es su alineación, una de sus señas características y una baza muy importante para sus aspiraciones. La 5-3-1 que presentan los gerundenses es un arma que permite un repliegue muy sólido en defensa y un despliegue efectivo en ataque, al que se incorporan dos laterales que garantizan una profundidad ofensiva de mucha calidad.

Aunque la falta de gol ha lastrado su ascenso en la tabla clasificatoria, el Girona ha demostrado en sus primeros partidos que no es un equipo fácil de vencer. En casa ha empatado con el Atlético, ganado al Málaga y perdido por la mínima contra un Sevilla que sufrió de lo lindo, algo de lo que debe aprender un Barça que no puede tropezar en Montilivi. 

Valverde, muy atento

Con el puzzle defensivo que presentarán los locales, Ernesto Valverde ya ha empezado a plantear soluciones para garantizar que su equipo sea capaz de crear y finalizar como hasta ahora, con una eficacia goleadora que le ha convertido en el mejor conjunto de LaLiga. La acumulación de hombres en la retaguardia rojiblanca será un desafío para el Barça, que ya tiene un precedente de un rival de máximo nivel que juega con un estilo similar.

Con mucha experiencia atrás y un ataque de los mejores del continente, la Juventus ya sucumbió al poderío azulgrana en el Camp Nou, y es por eso que el Txingurri trasladará algunos de sus ajustes a Montilivi, donde espera un trampa de la que confía en salir indemne.