Después de mucho intentarlo, finalmente el Barcelona consiguió el espacio para poner verdadero peligro en el arco del Alavés y fue gracias a Depay, que sigue siendo el hombre ofensivo de la plantilla pese a los altibajos que lleva en la temporada. El holandés marcó un auténtico golazo que puso en pie la grada.

Varios intentos previos de Depay dieron resultado para el holandés, que entendió lo difícil que está el juego para entrar a través de la defensa rival y tiró de lejos una vez, dos veces y finalmente, el gol de la victoria parcial para celebrar con los fanáticos, aunque el jugador aprovechó para hacerle un llamado a los críticos con su celebración.

Nuevamente se ve el talento de un jugador que no ha tenido la mayor de las suertes a lo largo de su carrera y que en el Barcelona busca tener un segundo aire para poder competir con los mejores del mundo. Desde su llegada, ha tenido luces y sombras importantes para su estancia como culé, pero gestos como el de hoy le devuelven la confianza.

El intento de Depay llegó tras las constantes encerronas que ofrece el Alavés al defender, complicando el avance culé que solo contaba con las llegadas de Alba por izquierda, además de las diagonales de Agüero, pero sin espacios para colar una pelota que les deje en clara oportunidad de gol.

No duró nada

Apenas celebraba el Barcelona y se reacomodaba en el campo cuando el Alavés se mandó al ataque como enjambre, buscando el empate en los pies de Rioja que pudo burlar hasta a tres culés y superar la última línea culé para quedar solo ante Ter Stegen, dejarlo regado y marcar el 1-1.

La fragilidad de zona de fondo en el Barcelona volvió a evidenciarse en este gol, que a pesar de la gran jugada individual de Rioja también se vio estático a cada jugador azulgrana que solo pudo observar la internada del rival a fuerza de gol y velocidad.