Hay momentos en los que la rabia es incontenible, y Luis Enrique vivió uno de ellos este pasado martes contra la Juventus de Turín, cuando se lio a golpes en el banquillo del FC Barcelona al sentir impotencia por lo mal que estaban jugando sus jugadores sobre el césped del Juventus Stadium, sin la actitud necesaria como para sacar un buen resultado, al menos en la primera mitad, del partido.

Justo después de que Paulo Dybala anotara el 2-0 contra el FC Barcelona en el minuto 22 de partido, Luis Enrique habló primero con Unzué pero luego no pudo contener la ira acumulada durante la primera media hora de encuentro, explotando a base de golpes contra una parte del banquillo.

Bajó las escaleras y sus instrucciones hacia los jugadores fueron claras desde la zona de técnicos. Les instó a que corrieran, a que se movieran más rápido y, en definitiva, a que imprimieran varias marchas más en el juego para impedir que la Juventus siguiera vapuleándoles.

El FC Barcelona no jugó al ritmo adecuado

El FC Barcelona jugó uno de los peores partidos de la temporada en Turín, y lo cierto es que pudieron ser más de tres los goles encajados. Sin embargo, cabe tener en cuenta también que el Barça fue capaz de anotar algún que otro gol de las botas de Luis Suárez y Andrés Iniesta, quienes dispusieron de dos mano a mano muy claros con Gianluigi Buffon.

Lo que está fuera de toda duda es que la actitud de los jugadores culés no fue la correcta, y que su ritmo de juego no fue lo suficientemente alto como para igualar las fuerzas contra la Juventus. La secuencia del cabreo de Luis Enrique, plasmada por el usuario "Isi Jiménez" a través de Twitter, deja claro que el Barcelona necesitó algo más en Turín.