Flagrante fue la falta que Ramos cometió sobre Luis Suárez en la frontal del área. Una falta clara que el árbitro no tuvo más remedio que señalar pero que dejó sin la correspondiente amonestación para el defensor madridista. Habría sido su segunda tarjeta ya que en la primera parte había recibido una amarilla clara tras otra falta sobre Neymar.
Pero antes de esta acción, el zaguero andaluz se libró también de otra buena en el minuto 25 de la primera mitad del Barça-Madrid. Fue en una internada de Leo Messi en la que le rompió la cintura con un espectacular regate. En vista que no podía con él, decidió zancadillearlo dentro del área pero el colegiado no lo vio en esta ocasión. La afición fue un clamor quejándose ante la actuación arbitral.