Ibrahimovic llegó al Camp Nou como relevo de Samuel Eto'o. Evidentemente se trataba de una presión grande porque el camerunés marcó una época con sus goles y su carisma. El '9' sueco tenía la ilusión de triunfar tras su etapa en Italia. Pero nada fue como se esperaba a pesar de que marcó en sus cinco primeros partidos de Liga.

Hubo seguramente un momento clave que acabó con todo. El partido de vuelta de la Champions League ante el Inter de Mourinho. Semifinales, un Camp Nou apelando a la remontada. Y el que debía ser una de las referencias en ataque, Ibrahimovic, fue 'suplantado' por Piqué y Bojan. El sueco estorbaba más que sumaba.

Ese fue seguramente el estocazo definitivo para Zlatan, que durante el curso dio muestras de no haberse adaptado al sistema azulgrana ni a la hegemonía de Messi en el equipo. Ibra tiene ego, como todas las estrellas, y nunca aceptó ser el segundo.

Su rendimiento distó mucho de ser el esperado y hasta Bojan pasó por delante de él en las últimas jornadas de Liga, que le darían a la postre el título a los azulgrana.

Mal rollo con Guardiola

Pep no escondió que el divorcio entre él e Ibrahimovic era una realidad. Fue suplente en las últimas jornadas y nada más terminar la campaña se confirmó su salida al Milan. Un fichaje carísimo (71 millones) que acabó siendo un fracaso -por el rendimiento y por lo que se esperaba de él-. Al salir del club azulgrana, Ibra ironizó con Guardiola y le llamó filósofo por sus ideas futbolísticas.