Cuesta creer que a un jugador como Andrés Iniesta, ejemplar y profesional, se le pite en algún estadio rival. Entendiendo que a los rivales siempre se les intenta meter presión, el manchego recibe pitos siempre que visita San Mamés. El motivo, bastante difícil de entender. Una supuesta simulación de Iniesta causó la expulsión del jugador local Fernando Amorebieta en el partido de liga de 2010.

La parroquia bilbaína no perdona aquello. Creen que Iniesta se tiró, exageró una acción ante la cual el árbitro Mateu Lahoz acabó picando. Y las imágenes que los aficionados pudieron ver por televisión no dejaron lugar a dudas. Un estadio históricamente señorial es capaz de pitar a un futbolista que tiene una trayectoria impoluta y que lleva muchos años impartiendo clínics cada vez que juega.

Pero esa acción no se olvida y siempre recibirá tal hostilidad, algo que por ejemplo Xavi nunca sufrió –por comparar jugadores similares y del Barcelona-. Una fobia que, todo hay que decirle, no es generalizada. Como dijo Clemente en su día, "pueden pitar 2.000 y ya parece mucah gente".

Ninguna declaración en contra

Iniesta nunca ha querido echar más leña al fuego. Jamás ha tenido palabras en contra de la afición del Athletic. Al contrario, siempre ha destacado su pasión en la grada y su grado de conocimiento del deporte. El actual capitán azulgrana siempre es muy cauto en sus declaraciones.

"Para mí, San Mamés es un estadio más. Es más para la afición del Athletic. Para mí es igual un campo que otro. Para mí es igual jugar en Bilbao que en el campo del Atlético de Madrid", dijo en su momento el '8'. Veremos qué ocurre este sábado, pero seguramente el ambiente será igual de hostil que de costumbre.