El inicio de temporada de Andrés Iniesta ha sorprendido a muchos por el nivel que ha desplegado el manchego. Tiene chispa, está motivado, desequilibra y distribuye. No está al nivel del mejor Andrés, pero sí ha recuperado esa frescura que parecía olvidada antaño.

Gran parte de culpa de tal rendimiento la tiene Ernesto Valverde, que ha entendido que tenerle en el campo le ayuda para estar rodado, aunque siempre acaba siendo sustituido para no sufrir una sobrecarga de partidos. Es decir, físicamente mantiene un nivel óptimo sin necesidad de cansarse en exceso. El objetivo es que llegue bien a abril.

Pero a Iniesta le condenan las microlesiones que tiene cada poco tiempo. Nunca es nada grave -máximo quince días o un mes-, pero son pequeñas molestias que le impiden continuar jugando con el resto de sus compañeros. Su físico es delicado y debe ser cuidado con mucho mimo. Pero incluso haciéndolo llegan estos imprevistos que no benefician nada ni al equipo ni al propio centrocampista, que lamenta tener que parar cuando mejor está.

Iniesta no estará ante el Athletic y seguramente, según apuntaban algunos medios catalanes, podría perderse el partido de Champions ante Olympiacos. Todo lo que sea para que las molestias no se agraven y pueda volver lo antes posible al equipo.

Momento para Denis, Gomes, Paulinho...

La baja de Iniesta debe ser aprovechada para que jugadores menos habituales como Denis, Gomes y Paulinho tengan más minutos. Sobre todo el primero, que tras el parón parece contar menos para Valverde -aunque fue titular en Murcia-. Precisamente son estas microlesiones las que obligan al Barcelona a pensar en un fichaje el próximo verano. O incluso este invierno con Coutinho, que sin duda sería el relevo natural más adecuado.