Después de algunos años con pocos cambios, el FC Barcelona le dio una vuelta a su plantilla el pasado verano. Algunos futbolistas tomaron la puerta de salida del Camp Nou y llegaron nuevas incorporaciones. La capacidad vendedora quedó de nuevo señalada en el conjunto azulgrana, y uno de los casos que ha vuelto a ponerlo de manifiesto es el de Jérémy Mathieu.

Con 34 años y después de mucho tiempo discutido en la defensa culé, el francés logró un acuerdo para marcharse con la carta de libertad. Centrados en el resto de sus complicaciones en el mercado, los catalanes consideraron que su fichaje estaba amortizado y que era complicado sacar beneficio por un jugador con el que no se contaba y que apuraba ya los últimos pasos de su carrera.

Y aunque, realmente, este no sea uno de los asuntos que deban sonrojar a los responsables de las negociaciones en la Ciudad Condal, sí ha resultado tener más margen del que se pensó en su momento, aunque quien le sacó partido fue el propio Mathieu. El Sporting de Portugal ha hecho público su balance económico anual, revelando que el galo hizo negocio con su llegada al José Alvalade.

La prima para el futbolista por firmar su nuevo contrato fue de 3 millones de euros, más uno adicional para Team Spirit Football Consulting, la firma que le representa. En su vinculación con los lisboetas hay varias condiciones, pero si se cumplen los dos años y la cantidad de partidos acordados, habrá otro 'kilo' extra para las arcas de la agencia del defensa. Un pacto má que ventajoso.

Deberes acumulados

Lejos ya del problemático verano 2017, el Barça aún tiene varios casos pendientes de solución en relación a su operación salida, que no se cerró en el periodo estival y debe resolverse en enero. Con algunos miembros del primer equipo con dudas sobre sus futuro, los más avanzados parecen Arda Turan y Javier Mascherano, aunque sus situaciones son opuestas. El club quiere dejar marchar al turco, que no encuentra destino, pero el argentino sí cuenta, aunque es él quien quiere abandonar el Camp Nou.