Aunque el FC Barcelona perdió en el Santiago Bernabéu seguramente por su falta de contundencia arriba, y su mal accionar en defensa, las polémicas arbitrales también fueron protagonistas de un nuevo Clásico. El toque de Carvajal a Robert Lewandowski dentro del área cuando el partido marchaba 2-0 favorable a los merengues no fue revisado por el principal, algo que sí hizo en el 90' ante una falta de Eric García sobre Rodrygo.

Aquella posible infracción del lateral derecho sobre el polaco abrió nuevamente el debate sobre si el Madrid recibe o no trato preferencial de parte de los colegiados en algunas acciones. Desde Twitter se cuestionó esto apoyado en un vídeo con varias jugadas parecidas, tanto en Liga como en Champions, en el que se puede ver como el equipo blanco recibe decisiones diferentes a otros equipos en situaciones muy parecidas.

Aunque los árbitros están apegados a un reglamento, también suelen beneficiarse de aquellas jugadas donde entra la interpretación, lo que hace posible que puedan decidir diferente dependiendo del colegiado que esté a cargo. Con o sin VAR el Madrid ha sido beneficiado, o al menos no ha sido perjudicado directamente en varias faltas en el pasado Clásico, así como en otros partidos de esta temporada y la anterior. 

Más allá del equipo madridista, ciertamente las actuaciones arbitrales han dejado mucho que desear en los partidos del Barça en general. Los claros penaltis en Múnich o Milán dejaron al descubierto el pobre nivel de los colegiados en la Champions League, que ni con la ayuda de la tecnología fueron capaces de sancionar lo que debió ser sancionado, mostrando una vez más que quieren estar por encima del reglamento.

Sigue la decadencia

A favor del Madrid o en contra de los culés, la realidad es que el nivel del arbitraje dentro de España ha caído dramáticamente. A Sergio Canales le expulsaron esta misma semana por hablar con el principal, y así en casi cada partido hay alguna acción que carece de sentido y que simplemente si así la han decidido, así debe ser, algo que le costó incluso una sanción económica a Joan Laporta por haber mostrado su desconecto con Sánchez Martínez después del Clasico en la capital española.