Para algunos fue un sacrilegio y para otros una innovación positiva, pero lo que quedó claro es que con el cambio táctico que realizó Luis Enrique tras el gol del Real Betis, el FC Barcelona jugó mejor. Los azulgranas carburaron en ataque y encontraron en Aleix Vidal, abierto a la derecha como extremo, un auténtico puñal en la banda.

Con ello, dando entrada a Sergi Roberto en lugar de Arda Turan, El Barça pasó de su tradicional e inmutable 4-3-3 a un novedoso 4-2-3-1 que el asturiano ya tenía en mente desde hace tiempo. Aleix Vidal subió al extremo diestro, Neymar se quedó en la izquierda y Leo Messi pasó a la mediapunta para hacer magia.

Así llegaron las mejores ocasiones azulgranas en el Benito Villamarín, sorprendiendo a la defensa verdiblanca que más de una hora les había mantenido a raya. El de Puigpelat se hizo de oro por su extremo, provocando los dos goles fantasma (uno fue claramente) y ensanchando el campo tanto que permitió a Leo Messi sacarse una asistencia de lujo para Luis Suárez por el centro de la defensa.

Cambio táctico para abrir las defensas

Ivan Rakitic y André Gomes se quedaron como pivotes y se encontraron más cómodos que en el 4-3-3 anterior. Es casi seguro que esta alineación no será un fijo en los próximos partidos del Barça pero está claro que llegado el momento es una variante a explotar ante equipos bien cerrados atrás. Si el a´rbitro hubiese querido, el experimento le habría salido perfecto a Luis Enrique.