A Benítez el han caido muchos palos y con razón después de la goleada encajada ante el FC Barcelona el pasado sábado. Y es que el sistema de presión madridista no existió durante los 90 minutos de juego. Esperando detrás de la pelota, dejaron muchos espacios

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El Real Madrid cayó en un error de novato al jugarle al FC Barcelona con las armas de quien le espera atrás, dejándole tocar y maniobrar sin crear una presión alta que impidiese a los azulgranas campar a sus anchas sobre el terreno de juego. El Santiago Bernabéu veía a sus hombres buscando sombras y dejando un enorme hueco en el centro del campo, que la calidad azulgrana aprovechó a las mil maravillas.

Y es que en el partido, por parte blaugrana jugadoron cuatro centrocampistas que hicieron y sehicieron a su antojo. Con Sergi Roberto en el extremo derecho pero pernoctando por el centro y bajando a combinar con Rakitic e Iniesta, el Madrid no se enteraba de como iba la historia. Aleccionados por su entrenador Benítez, los blancos esperaban con el centro del campo unido a la defensa y formando una línea de siete hombres.

la delantera presionaba como pollos sin cabeza a los centrales, dejándo la zona de medios totalmente desguarnecida, como pudo verse en el campo o por televisión. Allí Rakitic, Iniesta y Busquets pudieron jugar mejor que nunca, sin ninguna presión que les asfixiase y pudiendo tocar con criterio hacia sus compañeros en ataque.

La jugada le salió muy mal a Rafa Benítez tanto por el resultado como por lo visto en el terreno de juego. Una muestra más de lo que se llevaba viendo en todos los partidos de los madridistas, un equipo que no presiona, que espera rezagado tras la pelota y que luego trata de salir rápido a la contra, cuando no tiene la pelota y sale en tromba al ataque. En esta ocasión ni una cosa ni la otra se pudo ver. Como bien dijo Benítez en rueda de prensa no fue culpa de la actitud de sus hombres. Claro que no, fue culpa suyo al plantear tan mal un encuentro de estas características.