El Paris Saint-Germain está sumido en una crisis de la que no se recupera por muchas semanas que pasen. Los de Unai Emery volvieron a caer derrotados este fin de semana contra el Guingamp (2-1), y poco a poco van distanciándose de la primera posición de la Ligue 1, que ostenta actualmente el Niza de Mario Balotelli tras haber ganado este domingo.

Los datos hablan por sí solos: el PSG de Unai Emery ya acumula cuatro derrotas en 18 partidos esta temporada 2016-17, la mitad del equipo que dirigió Laurent Blanc en 114 encuentros antes de que llegara el vasco al banquillo parisino.

A todo esto, el PSG tan sólo ha sumado un punto de los últimos nueve en la Ligue 1, en unas estadísticas que no eran tan malas desde las cuatro derrotas que sufrió el conjunto en la temporada 2010-11. "Estamos en crisis. Hemos perdido varios partidos y esto quiere decir que algo no funciona", comentó Marco Verratti en zona mixta, después del partido.

Los jugadores no culpan directamente a Unai Emery de la situación, pero está claro que si los malos resultados se prolongan el entrenador español deberá salir en globo del Parque de Los Príncipes, mientras que el FC Barcelona se verá altamente beneficiado en octavos de final de Champions League ante un PSG que hoy por hoy es un polvorín, también con disputas en el vestuario.

El vestuario del PSG, un polvorín

Como reveló este miércoles el diario "L'Equipe", el empate a dos ante el Niza la semana pasada no habría sentado nada bien a los jugadores del equipo parisino. Algo que habría estallado como una bomba de relojería, enfrentando a dos bandos dentro del equipo. Todo se habría desencadenado tras un rifirrafe entre Serge Aurier y Hatem Ben Arfa.

El primero le habría recriminado al segundo la última acción del partido. En ésta, Ben Arfa prefirió disparar a puerta sin una opción clara, en lugar de centrar. El atacante le habría pedido a Aurier rebajar su tono y dejar de gritar, lo que provocó que Layvin Kurzawa también saltara como un resorte. En definitiva, una situación que no favorece en nada al cuadro galo.