El FC Barcelona estuvo irreconocible en Anfield y acabó quedando retratado por el Liverpool. Los ingleses fueron muy superiores en todos los aspectos del juego y asfixiaron a un Barça que no encontró la manera de hacerse con el control del encuentro. Los 'reds' marcaron cuatro goles, pero al final del choque dio la sensación de que si hubiesen tenido que meter cinco lo habrían hecho perfectamente.

Esa sensación de inferioridad continua que dejó en evidencia al Barça en el terreno de juego, también vino acompañada de una pérdida de identidad alarmante. Dejando a un lado que desde hace años los azulgranas han empezado a abrazar el contragolpe y el juego rápido, siempre han destacado por tener una precisión milimétrica en el pase y en no perder balones, jueguen con más o con menos toques.

Pero en Anfield no fue así ni de lejos. Los culés perdieron muchísimas pelotas y fallaron muchísimos pases. El Liverpool ahogó a la línea de creación barcelonista durante los 95 minutos que se jugaron y los futbolistas no supieron como salir de esa presión. Antaño, Busquets o Rakitic siempre sabían como arreglárselas para no perder balones y jugar con rapidez, pero ante los ingleses los dos quedaron retratados en varias ocasiones.

En total, los culés perdieron 138 balones en todo el encuentro. Podría parecer que el croata y el de Badia, por jugar en el medio, fueron los futbolistas que más la perdieron, pero no fue así. Alba, que tuvo una noche para olvidar, perdió ni más ni menos que 21 posesiones, el que más del equipo. Tras él, Leo Messi, Piqué, Busquets, Coutinho o incluso Ter Stegen pasaron de las diez pérdidas.

En lo que se refiere a pases fallados, Jordi Alba también destacó y empata en el primer puesto con Piqué, con 12 pases errados de cada uno. El central azulgrana había llegado a este tramo final de campaña en un estado de forma extraordinario, pero en Anfield se olvidó de todo y realizó su peor partido en lo que va de temporada.

Al Barça le falta ritmo en el mediocampo

Si algo quedó claro contra el Liverpool es que el FC Barcelona tiene un centro del campo muy poco dinámico que sufre cuando le presionan y le asfixian. Busquets siempre ha destacado por compensar su falta de físico y velocidad con una inteligencia tremenda, pero a día de hoy no es suficiente con eso. Frenkie de Jong podría ayudar mucho el año que viene, ya que es un perfil totalmente distinto y aportará energía, velocidad y ese dinamismo que tanto le hace falta a los blaugranas ahora mismo.