Llegó el pasado verano procedente del Valladolid, y en seguida dejó ver que es un jugador distinto. José Arnáiz tardó muy poco en convertirse en una sensación en el FC Barcelona, y pasó de ídolo del filial a esperanza del primer equipo. A pesar de su gran inicio, su trayectoria ha sufrido un frenazo, por culpa de una lesión que no consigue superar.

La pubalgia se ha convertido en una incómoda compañera de viaje para el talaverano, y lleva más de un mes impidiéndole ejercitarse con regularidad. Desde mediados de enero, el delantero no completa un partido con el Barça B, y aunque ha tenido alguna participación esporádica, no consigue superar sus problemas.

El mayor inconveniente es que a pesar del reposo sigue combinando días en los que está apto para jugar y otros en los que no puede hacer esfuerzos debido al dolor en la zona inflamada. La solución depende mucho de cada caso, porque aunque algunos los solucionan con adaptación y refuerzos específicos, otros necesitan pasar por el quirófano.

Con Arnáiz toca paciencia

A pesar de su irrupción estelar en la Copa del Rey, varias voces pidieron paciencia con Arnáiz, que debe recorrer su camino con pasos firmes antes de convertirse en estrella en el Barça. Además, este parón en su evolución retrasará su adaptación al club, con unas consignas algo distintas de los equipos donde ha jugado hasta la fecha. Hay muchas esperanzas depositadas en el joven atacante, al que todos arropan en estos momentos complicados. Se le esperará hasta que pueda estar al máximo.