Desde que se incorporó al club Instituto Atlético Central de Córdoba, a la edad de 10 años, Paulo Dybala fue creciendo y llamando la atención de todos sus técnicos y rivales por la gran calidad que acumulaba en las botas.

Su padre le llevaba a entrenar cada día desde su pueblo natal, Laguna Larga, a 55 kilómetros de Córdoba. Sin embargo, cuando Paulo Dybala cumplió los 15 años, hace aproximadamente ocho años, su padre Adolfo falleció de manera repentina.

Fue entonces cuando Dybala estuvo a punto de dejar el fútbol, según informa el diario "Sport". Durante unos días dejó de acudir a Córdoba para entrenarse junto al resto de sus compañeros, aunque la situación duró por fortuna apenas unas semanas, hasta que los dirigentes del club le convencieron para que volviera a enfundarse las botas.

Dybala, siempre con su padre Adolfo en el recuerdo

Entonces se instaló de forma permanente en la pensión del club, las instalaciones de La Agostina, y empezó a desarrollar todo su potencial más rápido que nunca. "Cuando entro a la cancha le pido fuerzas a mi viejo, y si me toca hacer un gol, se lo agradezco, porque seguro desde arriba me debe estar ayudando muchísimo", explicó Dybala recientemente en una entrevista.

Seguro que los dos golazos que marcó contra el FC Barcelona en la ida de cuartos de Champions League, en el Juventus Stadium, fueron dedicados a su padre. Y éste, dede allá donde esté, seguro que habrá visto triunfar a su hijo, uno de los grandes prodigios del momento en el fútbol mundial.