La temporada 2018-19 propondrá varios desafíos importantes al FC Barcelona, que por primera vez en mucho tiempo no podrá contar con Andrés Iniesta. La intención del club es mejorar una plantilla a la que esperan varios retoques, en especial en una parcela tan determinante como la zona de creación.

Aunque ya está asumido que a un futbolista como el capitán no se le puede igualar, sí que hay varios refuerzos encaminados a que su ausencia no se note tanto, como Philippe Coutinho o un Arthur que está por llegar. Sobre ellos, y algunos más, recaerá la responsabilidad de dirigir el juego, pero no serán los únicos que apuntalen la medular azulgrana.

Entre los aspirantes de la Masia, Carles Aleñá tiene muchos números de empezar el próximo curso como miembro de pleno derecho del primer equipo, aunque eso ya le está generando algún que otro problema. Las noticias surgidas tras la marcha del manchego no benefician para nada al canterano.

Carles Aleñá no es un relevo para Andrés Iniesta

No ha sido pocos los análisis que han situado al de Mataró como un relevo, recambio o sustituto para el de Fuentealbilla, cuando lo cierto es que sus cualidades son bastante distintas. Salvando las distancias, el catalán encajaría más como posible alternativa a la salida de André Gomes, con un perfíl más físico que el resto.

Aleñá debe huir de comparaciones, y sobre todo con Iniesta. Es obvio que tiene 'ADN Barça' porque lleva practicando el estilo desde pequeño, y que tiene capacidad de liderazgo porque lo ha demostrado a lo largo de su carrera, pero sus características se asemejan más a las de un llegador con mucha clase que a las de un creador al uso.

Con apenas 20 años, el prometedor centrocampista de la cantera necesita continuar con lo que ya le están concediendo los técnicos: Minutos, confianza y responsabilidad paulatina, alejándole de las presiones de un conjunto tan exigente como el culé. Situarle junto a Don Andrés no es una ayuda, porque debe hacerse un sitio gracias a sus propios méritos, y tiene argumentos de sobra.