Aritz Aduriz no tuvo un recibimiento demasiado alegre en su visita con el Athletic Club al Camp Nou. El delantero fue suplente y se llevó una derrota por tres a cero ante el FC Barcelona. Entró en el segundo tiempo y si bien a penas la "rascó", se llevó una espectacular pitada siempre que tocó la pelota en la vigésimo primera jornada de LaLiga 2016-17.

Y es que el delantero vasco agredió de manera sorprendente a Samuel Umtiti durante el partido de ida de los octavos de Copa del Rey, disputada en San Mamés. El atacante le propició un puñetazo directo al cuello que provocó un gran susto entre los jugadores del FC Barcelona, al ver cómo el portentoso defensor francés apenas pudo respirar durante unos minutos sobre el césped de San Mamés.

La acción de Aduriz fue tan fea y vergonzosa, al soltar el inesperado manotazo a Samuel Umtiti cuando pugnaba por ganar un balón aéreo, que la afición del FC Barcelona ya le habría "cruzado" de cara a los próximos enfrentamientos entre ambos equipos. Se pudo ver en la vuelta de esa eliminatoria y en este duelo de Liga, donde el abucheo y gritos en su contra fue constante. 

El golpe de Aduriz puede que no fuera muy fuerte, pero su mala intención y -sobre todo- la sorpresa con la que lo llevó a cabo provocó que Samuel Umtiti necesitara la ayuda de las asistencias sanitarias para recuperarse.

Samuel Umtiti pidió explicaciones a Aduriz

Le costó reponerse, pero cuando el francés se recuperó quiso entrar como una exhalación al terreno de juego. Lo primero que hizo, ya en el interior del campo, fue correr a reprochar la acción a un Aduriz que intentó tenderle la mano como si no hubiese pasado nada y fuesen tan amigos.

A Umtiti, enemigo de la hipocresía, no le gustó el gesto y siguió increpando a un Aduriz que hasta se encaró con él. Al final, Fernández Borbalán cortó la polémica mostrando la tarjeta amarilla a cada uno, a pesar de que ni él ni sus asistentes se enteraron absolutamente de nada cuando el jugador vasco agredió al futbolista francés del conjunto azulgrana. Un cúmulo de despropósitos, en definitiva.