Si bien el FC Barcelona ya estaba avisado de las formas del colegiado navarro Undiano Mallenco, lo de este sábado en Mestalla ha sido de juzgado de guardia. El árbitro no se impuso en ningún momento y dejó que los futbolistas del Valencia pateasen a los azulgranas con total impunidad durante los primeros 30 minutos de partido.

Y es que tardó quince en mostrar la primera amonestación, a Garay, después de que Enzo Pérez lesionase (parece ser que de gravedad) al capitán Andrés Iniesta. Todo después de una falta escandalosa en la que ni si quiera le enseñó la tarjeta amarilla al centrocampista argentino, algo que enfureció a Luis Enrique. El asturiano pedía explicaciones ante las patadas que recibían los suyos.

Pues Mario Suárez debió ser expulsado a los veinte minutos después de haber hecho tres faltas sumamente agresivas sobre Neymar, Luis Suárez pero sobre todo ante André Gomes. Destacada la del portugués debido a que le acabó clavando literalmente los tacos en la espinilla y ni así se ganó, cuanto menos, la amonestación.

Todo ello hizo que el partido se le escapase de las manos a un árbitro no apto para un partido de estas características. Y eso que la Federación también estaba avisada por sus "precedentes"...