Ernesto Valverde llegó al FC Barcelona en verano de 2018 de la mano de Robert Fernández, el anterior secretario técnico del club azulgrana. En su primera temporada como entrenador del FC Barcelona, el Txingurri ganó LaLiga Santander y la Copa del Rey, aunque quedó la espina clavada de la eliminación de la Champions League.
Pese al 'doblete', la remontada de la Roma en una eliminatoria en la que el equipo azulgrana había sacado un amplio 4-1 en la ida hizo mucho daño en la confianza que la cúpula de la entidad tenía en un Valverde que no supo reaccionar con cambios ante una remontada que se veía venir desde el primer momento.
Por ello, el club decidió esperar a sentarse para renovar a un técnico que firmó para dos temporadas -que se cumplirán el próximo mes de junio- con otra opcional. El caso es que, según Marca, el club no es la única de las dos partes que no está segura de la continuidad del técnico extremeño, sino que el propio Valverde tampoco lo tiene claro.
Al Txingurri no le gustó nada que la junta encabezada por Josep Maria Bartomeu le cuestionara en los días posteriores a esa goleada que el presidente no encajó bien. El 'doblete' que se ganó posteriormente no tapó una noche negra en la historia del club que hace que la Champions de este ao sea un examen constante para el equipo.
Valverde, frustrado en el mercado de fichajes
Tampoco se sintió cómodo el Txingurri durante el verano y, más concretamente, con las decisiones del club en el mercado de fichajes. Valverde vio como el club, de forma unilateral y sin tener en cuenta su opinión, vendió a Paulinho Bezerra a China cuando era un jugador importante para el equipo. El despido de Robert Fernández, con quien se llevaba bien, tampoco ayudó a que Valverde se sintiese del todo a gusto.
Además, el propio técnico extremeño confesó en la sala de prensa en verano que el fichaje de Malcom era cosa del club y no una petición del cuerpo técnico. En cambio, cuando Valverde pidió un lateral zurdo para cubrir la baja de Lucas Digne, el club volvió a decir "no". Muchos roces que deberán taparse con resultados.