Hasta el momento, Ousmane Dembélé no ha podido demostrar su verdadero potencial como jugador en el Camp Nou. Las dos importantes lesiones que ha sufrido, el idioma o su inexperiencia han actuado como barreras para que el fichaje estrella del pasado verano no haya brillado con luz propia.

"Cuando pienso en el Barça, pienso en La Masia, pienso en Ronaldinho, pienso en Messi..."

No obstante, su carácter tranquilo y paciente le otorgan la dosis de serenidad necesaria como para no exaltarse y seguir intentando de sacar su máximo potencial. Sabe que tiene apenas 20 años y que todavía le queda mucha carrera por delante, pero está convencido de sus capacidades.

Dembélé tiene una mente amueblada y está convencido de que su precio y las condiciones de su llegada no le presionarán a la hora de hacer su juego. ¿Si mi precio me supone una presión? No, para nada, no se habla de eso. Francamente, ni siquiera le presto atención a eso. Piso el césped y juego, eso es todo. No es el dinero el que juega", sentenció.

El extremo francés también explicó que, para él, el FC Barcelona es el mejor equipo y elogió a jugadores como Leo Messi o Ronaldinho: "Para mí, el FC Barcelona es el club más grande del mundo. Es el mejor club del mundo. Cuando pienso en el Barça, pienso en La Masia, pienso en Ronaldinho, pienso en Messi, pienso en más jugadores así".

El equipo tampoco añadirá presión a Dembélé

La filosofía del equipo con Ousmane Dembélé es clara: hay que tener paciencia. El delantero azulgrana, pese a ser el segundo fichaje más caro de la historia del club, solamente tiene 20 años. Someterle a la presión de tener que ser decisivo desde el primer día es algo que no le ayuda ni a su desarrollo ni a su rendimiento inmediato. Sin embargo, tal y como comentó Valverde, se espera que tanto él como Coutinho den un paso al frente.