Ya lo demostró en su primera temporada al frente del FC Barcelona, donde nadie tenía asegurado su puesto en la alineación titular ya hasta muy avanzada la campaña no se supo cual era, realmente, el once titular del equipo. En su segundo curso las lesiones y la sanción FIFA que impidió fichar, a Luis Enrique las cosas se le pusieron mucho más difíciles para poder acometer esas rotaciones que tanto le gustan.

Y le gustan porque ayudan a mantener el nivel dentro del equipo, a que todos estén en alerta y nadie se duerma y a que los mejores lleguen mucho más descansados y frescos a los últimos dos meses de competición, donde se disputan realmente los títulos. Lo vimos en la 2015-2016, cuando en el terrible bajón de abril privó al barcelonismo del "triplete" y a punto estuvo de dejarles sin LaLiga, si no llega a ser por la gran cantidad de puntos que se consiguieron con anterioridad.

"Lucho" tiene claro que eso no le puede volver a pasar y por ello ya desde el mes de septiembre opta por rotar a piezas fundamentales de su equipo. Como asi lo son Gerard Piqué y Sergi Roberto, dos titulares indiscutibles que se cayeron de la lista de convocados del partido de este sábado ante el Deportivo Alavés. Fueron dos sorpresas mayúsculas pero que se entienden al observar que ambos lo han jugado todo hasta el momento y también tuvieron participación con España en el parón internacional.

También se entiende que, por ejemplo, André Gomes se haya quedado también en la grada tras llegar con una contusión del partido ante Gibraltar. Ya tenía el alta médica, pero Luis Enrique prefirió salir con Andrés Iniesta dejando al luso descansando de cara a la UEFA Champions League frente al Celtic de Glasgow. Ese será el siguiente partido en el que, de buen seguro, el técnico asturiano apostará por guardar a alguna de sus piezas clave. Todo sea por la competencia, el nivel y llegar a abril como tiros, con las ganas y el hambre de volver a hacerse con otro "triplete".