Cada partido del Barcelona es una reválida para prácticamente todos los jugadores. Aunque algunos tienen actualmente un margen para fallar de vez en cuando. Uno de los que está siendo observado con lupa es Luis Suárez, que apenas ha marcado tres goles en lo que va de temporada.

Al uruguayo se le achacaba estos últimos días, más allá de su falta de puntería, sus errores en el juego asociativo del Barça. Messi estaba desesperado porque apenas podía conectar arriba con alguien. Pero parece que la semana de descanso -no jugando la Copa- le ha venido bien al charrúa.

Suárez estuvo fino en Bilbao. Es cierto que no marcó, pero ayudó como siempre hace al equipo con desmarques inteligentes, lectura de espacios, presión a la defensa rival y mucho sacrificio por el bien colectivo. Vamos, el Suárez que conocemos. Nunca bajó los brazos ni se frustró por algunas acciones de ataque -aunque no tuvo tantas-.

El uruguayo participó con éxito del juego colectivo -sobre todo en la primera parte- y estuvo cerca de dar una asistencia a Messi, pero el argentino la estrelló al palo. Se sintió cómodo y Valverde le elogió en rueda de prensa: "Siempre digo que nos ayuda mucho. Su aportación en el equipo va más allá de los goles que haga". 

El camino a seguir

Está claro que Luis Suárez volverá a hacer goles y a ser importante en este equipo, por lo que el camino a seguir es el mostrado este sábado en San Mamés, donde no paró de pelear. No ninguneaba como en otras ocasiones y se dejó la piel. Las dianas volverán porque es un depredador de los de verdad. Hay que tener paciencia y seguir confiando como siempre.