Aunque no hay duda que es uno de los mejores jugadores del mundo, Luis Suárez es un futbolista particular. El uruguayo se ha labrado su carrera a base de goles, y con su gran rendimiento llamó a las puertas del Camp Nou. Azulgrana como el que más, sus números en el conjunto catalán están fuera de toda duda, pero es cierto que al charrúa casi siempre le cuesta arrancar.

La primera muestra de que el '9' necesita ritmo para encontrarse cómodo llegó tras su aterrizaje en la Ciudad Condal. Al de Salto le quedaban aún unos meses del castigo que le impuso la FIFA por agredir a Giorgio Chiellini, y cuando por fin pudo volver a vestirse de corto, la pólvora estaba algo mojada. Hasta cinco partidos hubo que esperar para verle celebrar un tanto con el Barça, aunque desde luego su adaptación al equipo fue la mejor, y su aportación durante el curso acabó siendo decisiva y valiendo un triplete para los de Luis Enrique.

En su segunda temporada, Suárez besó la red en su primer encuentro, en la Supercopa de Europa frente al Sevilla, pero tras un balance de tres goles en los primeros ocho partidos, el uruguayo despegó hasta unos guarismos impresionantes: 59 goles en 53 partidos y un doblete de Liga y Copa.

Curiosamente, su peor campaña a nivel de títulos fue la pasada, en la que rompió con la dinámica y empezó con buen pie. Un gol en la Supercopa de España, también contra el Sevilla, y un hat trick en la jornada inaugural del campeonato regular dieron paso a dos partidos en blanco, un breve descanso antes de remontar hasta los siete tantos en sus seis primeras participaciones.

Lo que está por venir

Con su acierto en el Trofeo Joan Gamper, Luis Suárez rompió la sequía que le había perseguido durante la pretemporada, en la que había acumulado 208 minutos sin marcar, más de tres partidos. Al uruguayo se le vio fino en sus movimientos, y muchas de sus acciones llevaron peligro, pero entre el portero y su falta de acierto el gol tardó casi una hora en llegar.

Pese a todo, el charrúa ya ha mojado en este curso, y seguro que querrá volverlo a hacer muy pronto. En su punto de mira hay dos encuentros decisivos frente al Real Madrid y otro título en juego, y el 'matador' ya prepara sus armas.