Luis Suárez llegaba al Sánchez Pizjuán muy discutido por la afición blaugrana. El uruguayo llevaba varios partidos consecutivos sin ver puerta y además las sensaciones que venía dejando en el campo eran bastante malas. Se le veía lento y torpe, además de poco acertado de cara a la portería rival.

Precisamente por eso era tan importante que contra el Sevilla diera muestras de mejora. Y las ha dado con creces. El charrúa marcó el 2-4 al aprovechar un magnífico pase de Leo Messi. El delantero definió con una vaselina perfecta ante Vaclik, que nada pudo hacer. Un tanto para cerrar el partido y para que Suárez recupere la confianza que parecía haber perdido.

Pero no solo dio síntomas de mejor por su golazo. El ex jugador del Liverpool también pareció más metido en el encuentro que en sus últimas actuaciones y se le vio más ágil que de costumbre. Sus primeros 20 minutos fueron bastante buenos e incluso encaró varias veces a su par, pero con el paso de los minutos fue desapareciendo.

En la segunda mitad volvió a estar activo y ese gol fue el premio a su insistencia. Valverde ha dicho por activa y por pasiva que confía en el uruguayo al 100% y que es su delantero centro titular. Este tanto no podría llegar en un mejor momento, teniendo en cuenta el momento de temporada en el que estamos ahora mismo.

Visitas al Bernabéu y el Lyon en Champions

Las próximas semanas serán claves para el FC Barcelona. En unos días tocará ir al Santiago Bernabéu para jugar la vuelta de Copa del Rey contra los blancos. Pocos días después, los barcelonistas tendrán la oportunidad de darle el último golpe a LaLiga, también en el Bernabéu y contra el Madrid. Finalmente, llegará la vuelta de octavos de Champions League contra el Lyon, en un encuentro en el que el Barcelona debe ganar si quiere pasar.

Por todos ello es tan importante que Luis Suárez haya recuperado el gol, las sensaciones y la sonrisa ante el Sevilla este fin de semana. El Barça va a necesitar la mejor versión del punta de cara a sus próximos compromisos y el uruguayo espera responder con goles y garra.