La mala suerte se cebó con Ousmane Dembélé el pasado sábado en Getafe. El francés cayó lesionado cuando apenas se habían disputado los primeros minutos del encuentro. ¿Estaba ya tocado? ¿Arriesgó Valverde? ¿El césped tuvo la culpa? La realidad es que todo eso no importa en absoluto. El francés está lesionado y hasta 2018 no volverá. Y ya.

Dembélé ha sido intervenido este martes con éxito y se espera que pueda cumplir los plazos marcados por los servicios médicos del club. De lo contrario sería un varapalo importante para el conjunto azulgrana y para el joven jugador, que evidentemente deberá demostrar una importante fortaleza mental estos meses. 

Y en el hospital finlandés donde ha sido operado Dembélé también han mostrado su satisfacción por cómo han ido las cosas. En un comunicado del que se ha hecho eco 'MD', Lasse Lempainen, uno de los ayudantes de la eminencia Orava, ha resaltado que "es importante que la rehabilitación se inicie de manera oportuna y se lleve a cabo de acuerdo con el plan. Ousmane Dembélé volverá a los terrenos de juego a finales de año", afirmó Lempainen en el comunicado emitido por el Neo Hospital.

Lempainen ha añadido que "Dembélé sufrió una rotura del músculo isquiotibial. Las roturas que necesitan cirugía son raras y este riesgo también requiere un mayor riesgo en su reaparición. Ahora el jugador debe recuperarse, pero el pronóstico es que volverá a su mejor nivel", subrayó el galeno finlandés.

Optimismo y a esperar

Así pues, parece que Dembélé podrá ser el jugador de antes, algo que se había puesto en duda en algunos canales a raíz de algunos precedentes que obligaron a futbolistas a retirarse. Pero el francés es joven y todo ha salido bien, así que debemos tener confianza y mucha paciencia para verle en acción.

Eso será un aspecto fundamental. No habrá que correr riesgos con él, aunque la situación deportiva del equipo pueda llegar a exigirlo. Lo primero es su salud y evitar que haya una recaída. Porque ésta sí sería traumática para el conjunto azulgrana.