Ousmane Dembélé vuelve a ser noticia por causas externas al terreno de juego. Según informan varios medios de comunicación catalanes, entre ellos Mundo deportivo, el extremo francés se ausentó en el entreno de este jueves en la Ciutat Esportiva del FC Barcelona pero no avisó al club de su indisposición, algo que hizo que se le intentase contactar sin éxito.

El FC Barcelona le habría llamado varias veces, pero el extremo francés no contestó, algo que provocó intranquilidad en el staff técnico. Finalmente, el club consiguió contactar con Dembélé y este acabó explicando que tenía problemas estomacales como motivo de su ausencia. Por ello, se le despensó de ir a entrenar.

Duante este viernes, los médicos revisarán el estado de salud del extremo francés para saber si se encuentra en disposición de jugar el partido contra el Real Betis de LaLiga Santander. Un choque complicado, y más teniendo en cuenta la baja de Philippe Coutinho por una lesión muscular que le privará de jugar, lo que le podría dar el puesto al francés.

Todavía no se sabe del cierto si estará disponible para jugar tras conocerse su gastroenteritis, pero lo cierto es que no avisó de la misma cuando tocaba en otro problema de pasotismo. El jugador francés se está mostrando irregular tanto en el juego como en su actitud en este tipo de detalles, que están empezando a desesperar.

Hay que entender que, a sus 21 años, es muy joven y debe aprender a autogestionarse tanto con su rendimiento como en su forma de actuar fuera del campo. El francés tiene mucho talento y es un diamante por pulir, por lo que en el FC Barcelona hay muchas esperanzas depositadas en él. Si se centra, puede ser un jugador clave.

Dembélé también debe gestionarse deportivamente

Dembélé lleva seis goles en la presente temporada y ha demostrado que es un jugador a tener en cuenta en los momentos delicados. Si el francés aprende conceptos básicos como el hecho de saber cuándo debe arriesgar y cuándo no, puede llegar a ser un jugador muy importante. Hasta el momento, ha mostrado una cara muy apática y otra ambiciosa y decisiva, que es la que debe pesar.