Gerard Piqué cargó hace unas semanas contra la directiva del FC Barcelona​ por un artículo de Mundo Deportivo que acusó a los jugadores del Barça de tener demasiados privilegios. El escrito del citado diario, según el central, venía de la directiva, que supuestamente había filtrado todo para culpar a los futbolistas del mal momento.

"Cuando hay una persona que no se quiere enfadar, no hay luchas. Conocemos el club y los que lo conocemos, sabemos quién escribe algunos artículos aunque no los firme. No nos queremos enfadar. Queremos salir y ganar. Esperemos que ninguno intente provocar batallas que no existen y que nosotros no queremos. Hay que mantener el club unido. Si no, nos haremos daño", fueron las palabras del catalán.

Tras estas declaraciones, pareció crearse un cisma entre el vestuario y la directiva. A los futbolistas no les hizo ninguna gracia que saliesen publicadas tantas cosas sobre ellos y por eso Piqué salió al paso ante la prensa premeditadamente. Pero el tiempo ha pasado, las aguas se han calmado y parece que el trato vuelve a ser más que cordial.

Este miércoles se celebró el acto de entrega del premio Aldo Rovira al mejor jugador de la temporada pasada. Precisamente, ha sido Gerard Piqué quien se ha llevado el galardón. El zaguero posó con el trofeo junto a Josep Maria Bartomeu; Josep Lluís Rovira, ex directivo del club, y sus nietos; Joan Soteras, presidente de la Federación Catalana de Fútbol; y Amador Bernabéu, abuelo del futbolista y embajador del Barcelona en la UEFA.

Parece que en el acto se vio a un Piqué tranquilo y contento con Bartomeu. Ambos podrían haber firmado ya las paces y las cosas parece que ya habrían vuelto a su sitio. Tras lo que era una guerra abierta entre ambas partes, el buen rollo visto en esta entrega de premios es una gran noticia para el club. Los dos se llegaron a abrazar y el '3' incluso le preguntó cómo estaba. "Presi, ¿cómo estás?”, dijo.

La defensa sigue siendo un problema

Aunque el nivel de Piqué en este comienzo de temporada no está siendo ni mucho menos malo, es cierto que el Barça sigue teniendo problemas graves en defensa. El equipo no defiende bien y los rivales están teniendo demasiadas oportunidades para llegar a la portería de Ter Stegen. El central debe imponerse, pero sus compañeros del mediocampo y de la delantera tiene que trabajar más.