Gerard Piqué últimamente es noticia por cómo le silban los aficionados en los diferentes estadios en los que juega. Pero la verdad es que su rendimiento como azulgrana es sensacional desde hace mucho tiempo. Gesticulando menos que Mascherano, pero cumpliendo partido tras partido. Pocos errores se le recuerdan al central catalán. Buena salida de balón, ímpetu para subir al ataque, colocación atrás, rapidez al corte, solidez por arriba

Desde que se consolidara en el once haciendo pareja con Carles Puyol, el zaguero ha sido prácticamente inamovible en los esquemas azulgranas, de los que sólo se ha caído cuando estaba lesionado o sancionado. Sus cualidades le sitúan como una pieza básica en el juego del conjunto barcelonista, en el que tiene una gran influencia tanto en defensa como en ataque.

Sus capacidades defensivas han crecido con el paso de los años, convirtiéndole en un seguro atrás tanto en campo abierto como en partidos más de área. Además, su visión de juego y su calidad en el pase le han permitido ser un central idóneo para el estilo Barça, en el que también se exige a los zagueros en tareas de creación y en el que también es capaz de brillar gracias a su gran desempeño en labores ofensivas.

Ahora forma un tándem fantástico con Samuel Umtiti. Veremos cuántos años duran juntos pero pueden convertirse en una de las parejas más eficientes de siempre. El francés es un seguro de vida y Piqué no afloja a pesar de que pasan los años.

En la selección, líos constantes

La gente pide que no juegue nunca más con la selección española. Olvidan seguramente que es uno de los jugadores que más compromiso ha tenido en los últimos años con el combinado nacional y que su rendimiento, haciendo pareja con Ramos, ha sido siempre realmente de notable alto. Cada uno puede tener sus ideologías políticas y defender la libertad de expresión a la par que jugar con la selección de su país. Son cosas completamente compatibles aunque haya gente que quiera mezclarlo y no lo entienda.