El FC Barcelona acabó jugando los últimos veinte minutos contra el Eibar con un jugador más sobre el terreno de juego, gracias a la expulsión de Fabián Orellana por un gesto absurdo del chileno, que ya tenía una tarjeta amarilla a sus espaldas y tuvo la poca cabeza de alejar con el brazo un balón que el FC Barcelona se estaba preparando para poner en juego en un saque de falta.

Cierto es que la expulsión fue algo rigurosa por parte del colegiado, Hernández Hernández, que podría haber advertido al jugador en vez de mostrarle una segunda tarjeta amarilla decisiva. Pero la cuestión es que el árbitro canario la mostró, y Mendilibar reaccionó recriminando la acción a su jugador pero también protestando al árbitro.

Y todavía protestó más cuando, unos minutos después y en una jugada parecida, Luis Suárez también desplazó el balón tras un fuera de juego y en esta ocasión el colegiado decidió no amonestarle. Las airadas protestas de Mendilibar se escucharon en todo Ipurúa, y propiciaron que Hernández Hernández cortara por lo sano y le expulsase del banquillo local.

Orellana jugó con fuego contra el Barça

Dos expulsiones controvertidas, por lo tanto, para un Eibar que luchó hasta el final por intentar remontar el gol del FC Barcelona en la primera mitad, y en un encuentro que además no puede decirse que fuese bronco pese a alguna entrada dura por parte del Eibar.

"¡Qué fácil es!", llegó a repetir en varias ocasiones Mendilibar desde la banda técnica, refiriéndose seguramente a la expulsión de Orellana y la facilidad con la que Hernández Hernández le había mostrado la segunda cartulina amarilla. En cualquier caso, la realidad es que el chileno se la jugó desplazando el esférico... Y la acción le costó cara.