Hace algunos años esta era su casa, y seguro que volvieron a aparecer muchos de sus recuerdos cuando pisó de nuevo el Camp Nou en la visita del Celta. Frank Rijkaard estuvo en Barcelona para hacerle un regalo a su hijo, pero lejos de marcharse tras el partido, decidió alargar su visita durante algunas horas más.

Este mismo domingo el holandés ha pasado por la Ciudad Deportiva azulgrana, donde ha presenciado el entrenamiento del primer equipo. Desde que el de Amsterdam se fue han cambiado algunas cosas, y es que, por ejemplo, estas instalaciones no existían durante durante su etapa en el banquillo culé.

Lo que sigue igual que siempre es el cariño que le tienen los aficionados, y también los trabajadores del club con los que compartió algunos años. Además de algunos reencuentros con los directivos, sólo ha podido revivir dos con los jugadores, ya que únicamente Andrés Iniesta y Leo Messi permanecen de aquel conjunto tan brillante.

Alegría en el vestuario

A pesar de todo, el carácter afable y cercano del ex técnico ha calado en el vestuario, y junto al manchego y el argentino, varios futbolistas han atendido las peticiones del holandés y su hijo. Los Rijkaard se han fotografiado con varios de los cracks del Barça, como Sergio Busquets, Gerard Piqué o el propio Messi, que ha compartido un rato de alegría con un entrenador muy importante en su carrera, el que le hizo debutar.