Después de una pretemporada que volvió a poner a la Masia en escena, el FC Barcelona está concentrado en sus propia lucha por los títulos pero no pierde detalle de las evoluciones de las categorías inferiores, que deben ser la base en la que se construyan los éxitos del futuro. Hay varias promesas que ya rondan el ascenso al primer equipo, aunque tienen muy claro cuál es el camino a seguir.

El principio de la campaña trajo alguna discusión por el mal momento del filial, que ya ha conseguido voltear la situación y ha consolidado su trayectoria en la Segunda División B. Las dos derrotas con las que arrancó el curso han quedado atrás gracias a cinco partidos consecutivos sumando, en los que se han cosechado tres victorias y dos empates.

Precisamente, el último provocó las lamentaciones de los azulgrana, porque la igualada contra el Atlético Baleares supo a poco. Tras provocar un penalti que valió un punto y cederlo a Carles Aleñá para que marcara, quien lanzó un discurso ambicioso fue Riqui Puig, que se ha convertido en una de las referencias en el centro del campo.

"Llevamos dinámica de juego cada vez mejor, nos acostumbramos a la categoría que es difícil. Mas adelante intentaremos ganar partidos, hacernos fuertes aquí y sacarlo adelante. Nos faltan puntos en casa", reclamó el de Matadepera, que demuestra su liderazgo también fuera del terreno de juego y a sus 19 exhibe una madurez que le convierte en un futbolista muy prometedor.

Cuestionado sobre sus opciones con los 'mayores', el canterano optó por un mensaje de ilusión, pero que a la vez destaca una paciencia que puede ser clave para terminar su formación. "Estoy muy a gusto. El entrenador me da confianza. Entrenar con el primer equipo es un aliciente que me hace ser mejor jugador. Mi equipo es el B e intentaré hacerlo lo mejor posible", recordó, dejando a los técnicos las responsabilidad de organizar sus participaciones.

Valverde no quiere precipitarse con los canteranos

Aunque ya han entrado en alguna convocatoria y su debut podría acercarse cuando llegue la Copa del Rey, Ernesto Valverde ha preferido gestionar con calma el asunto de los canteranos, para evitar presiones innecesarias y repartir partidos entre sus propios futbolistas. Tanto él como Francisco Javier García Pimienta, preparador del filial, han advertido que no habrá precipitación con los jóvenes, por lo que el turno de los Riqui Puig, Juan Miranda o Abel Ruiz podría tener que esperar. Llegará a su debido momento.