Parecía claro que la 2017-18 sería una temporada dura, pero en el FC Barcelona la respuesta fue tremenda: El grupo se blindó y empezaron a caer victorias, con varios futbolistas rindiendo a su mejor nivel. Uno de ellos fue Samuel Umtiti, que consolidó sus grandes sensaciones confirmándose como uno de los mejores defensas del mundo.

Daba igual a quien tuviera al lado. Gerard Piqué, Javier Mascherano... Por aquel entonces era más complicado ver a Thomas Vermaelen pero incluso el belga empezaba a asomar. Con el francés como pareja todos veían multiplicadas sus fortalezas y aparcados sus errores. Hasta que todo se torció.

La renovación afecta a Umtiti sobre el césped

Hace algunos meses todo era optimismo alrededor de la renovación del galo, pero hace unas semanas todo se empañó. De repente el sueldazo del Manchester United era su prioridad, y no escucharía a los azulgrana salvo que mediara un ofertón, con el peligro que sus 60 millones de euros de cláusula sigue suponiendo respecto a su futuro.

Umtiti ha ido dando muestras de su compromiso en los últimos partidos, pero lo que ha desaparecido sin remedio es su regularidad. Contra la Roma volvió a verse a un jugador impreciso, falto de concentración y descentrado, lo que a la postre, y combinado con una mala noche colectiva, tuvo un resultado nefasto.

Umtiti debe volver a ser decisivo para el Barça

Mientras muchos aficionados le reprochan su comportamiento, el defensa lionés debe volver a encontrar su camino como hizo su pareja, Gerard Piqué. El catalán vivió una mala temporada hace algún tiempo y reconoció su bajón, señalando que su objetivo era convertirse de nuevo en uno de los mejores centrales del mundo. Y lo logró.

Para empezar, Umtiti necesita olvidarse de los despachos y volver a poner su cabeza en el césped. Con los objetivos que pelea el Barça, la concentración debe ser máxima, porque si no, cualquier riesgo se acaba pagando, algo de lo que a estas alturas no hacen falta más pruebas. A Samuel le toca elegir, decir adiós o quedarse y cumplir, pero si escoge la segunda, ha llegado la hora de ponerse las pilas.