Si Sandro Ramírez ya estaba teniendo escaso protagonismo a las órdenes de Luis Enrique en este segundo tramo de campaña, ahora la situación se agrava todavía más para sus intereses. El joven atacante canario se lesionó este viernes por la mañana en el entrenamiento llevado a cabo en la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí, y deberá permanecer entre seis y siete semanas de baja, lo que le condena prácticamente ya al ostracismo de cara al término de la presente temporada, si es que no estaba ya en dicha situación.

Y es que Sandro Ramírez tuvo varias oportunidades de juego durante la primera mitad de la temporada debido a las rondas iniciales de la Copa del Rey 2015-16 y, sobre todo, a la lesión de Leo Messi que le dejó dos meses sin poder jugar, desde finales de septiembre hasta finales de noviembre. Desde que el astro argentino se recuperó de su lesión en el bíceps femoral, sin embargo, el ostracismo de Sandro ha sido máximo.

Pudo abandonar el FC Barcelona en forma de traspaso este pasado mercado de invierno rumbo al Tottenham de Pochettino, pero el club "spur" se negó a que el Barça incluyera en el contrato del jugador una cláusula de recompra, y el acuerdo se rompió. Ahora, cada vez está más claro que Sandro no tendrá sitio en la plantilla blaugrana de cara a la próxima temporada, por lo que lo más probable es que se marche en calidad de cedido o directamente traspasado, en el caso de que llegue alguna buena oferta por la que el Barça pueda ingresar algo de dinero.

Con 809 minutos disputados en lo que va de temporada, Sandro Ramírez fue perdiendo protagonismo con el paso de los meses esta temporada en el FC Barcelona, y Luis Enrique, a pesar de que está satisfecho con su aportación y jamás le ha criticado, no vería con malos ojos una salida del canario a final de temporada, teniendo en cuenta que es el último delantero de la plantilla por detrás de Munir El Haddadi. En un caso parecido al de Marc Bartra, por lo tanto, parece que la continuidad de Sandro en el primer equipo del Barça tiene los días contados.