Fue uno de los jugadores más criticados por la prensa al inicio de la temporada, cuando tuvo que suplir durante varios partidos a Claudio Bravo, lesionado. Sin embargo, poco a poco Marc-André ter Stegen ha ido recuperando confianza conforme cuajaba buenos encuentros y recibía muchos menos goles. Hasta el punto de llegar a hacer toda una exhibición durante el partido de ida de octavos de final frente al Arsenal.

Y es el el guardameta teutón fue clave en la victoria de los suyos, evitando que los locales no le hicieran ningún tanto a los de Luis Enrique. Si ya en el primer tiempo demostró que se encuentra en un gran estado de forma, tras una parada de grandes reflejos a Oxlade, en el segundo llegó su consagración con cuatro intervenciones de auténtico mérito que pusieron el candado de la portería culé.

La mejor, sin duda a alguna, fue la que tuvo lugar en el minuto 59. Un centro que previamente había despejado Javier Mascherano volvía al área blaugrana, donde esperaba un Oliver Giroud que remataba de cabeza completamente libre de marca. Un cabezazo picado, muy difícil de atajar que vio como una imponente mano verde aparecía cual pulpo para despejar y evitar el primer tanto de la noche.

Grandísima parada de rapidez y reflejos, callando muchas bocas. Veinte minutos más tarde tendría que volver a responder ante un chut de Ramsey dentro del área pequeña y lo haría también salvando la ocasión demostrando una grandísima anticipación. Parece que las cosas le vuelven a sonreír a un Ter Stegen que ha encajado cuatro goles en la Liga de Campeones, atajando 23 de los 27 disparos que han llegado a su puerta en todo el torneo.