Marc-André ter Stegen no es el portero del futuro para el FC Barcelona, sino que lo es del presente. Y así lo ha vuelto a demostrar el teutón en el partido de este miércoles frente al Arsenal, en el partido de vuelta de octavos de final de la Champions League. El cancerbero, que estuvo muy serio durante todo el encuentro y no pudo hacer nada ante el gol inglés, deleitó a su parroquia en el 79.

Fue entonces cuando el ex azulgrana Alexis Sánchez tuvo su ocasión más clara, aunque ya parecía todo perdido. Con dos a uno en el marcador, el chileno chutó con potencia para que Ter Stegen sacase una mano providencial. Y no conforme con eso, el germano volvería a intervenir ante su propio rechace y el remate a bocajarro de Oliver Giroud, sacándolo de forma increíble.

Dos paradas de auténticos reflejos felinos de un guardameta que, a sus 23 años, ya es un arquero a tener muy en cuenta. Además, ahora se le ve con mucha más confianza para mandar a su defensa, con la que se entiende a la perfección como se pudo ver en dos contraataques del Arsenal interceptados por él con una rapidez perfecta. Y la afición del FC Barcelona lo recompensó con una sonora ovación y coreando su nombre. 

En la previa del encuentro afirmó que no quiere ser considerado el guardameta del futuro, sino del presente. Este miércoles, y ante su afición y el Camp Nou como testigos, lo ha demostrado. Su calidad es innata y su potencial una realidad. El Barça puede respirar tranquilo, hay portero para muchísimos años. Desde ya.