El Clásico entre Real Madrid y FC Barcelona ha vuelto a exponer la realidad que ha vivido el club azulgrana con los arbitrajes en lo que va de temporada. Con el marcador (2-0), Dani Carvajal derribó por detrás a Robert Lewandowski dentro del área en una acción que el colegiado Sánchez Martínez no vio, pero que tampoco quiso ir a revisar en el monitor del VAR a pesar de que la situación lo ameritaba.

Sin embargo, ya con el (2-1) que daba esperanzas a los culés, hubo una falta dudosa de Eric García sobre Rodrygo dentro del área que el árbitro tampoco apreció en directo, pero que si fue a revisar y que terminó por cobrar a favor de los merengues. Karim Benzema pondría el (3-1) definitivo a un partido que, además de dejar retratado el mal momento del Barça, también expuso nuevamente a los oficiales.

De hecho, ya es costumbre que a los catalanes no le cobren ningún penalti en favor a pesar de que las jugadas son más que evidentes. Ni en los últimos 20 partidos de Liga ni en los últimos 10 de Champions han rematado desde los 12 pasos, algo que cada vez hace mayor eco en la afición y en la Junta Directiva sobre la transparencia de los colegiados y del VAR.

Son ocho las penas máximas que se han pasado por alto. La primera fue de Isi Palazón sobre 'Lewy' en el debut ante el Rayo Vallecano, seguido de otra frente al Sevilla en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Contra el Cádiz se repitió la escena con un empujón de Iván Alejo sobre Alejandro Balde, mientras que ante el Bayern Múnich quedaría para el recuerdo la grosera zancadilla de Alphonso Davies a Ousmane Dembélé. A todo esto se les suma el derribo de Javi Galán a Raphinha ante el Celta y las manos de Antonio Raíllo en Mallorca y la de Denzel Dumfries en el cruce ante el Inter de Milan. Por último, la guinda del pastel de Carvajal en el Clásico.

Malestar en el club

Las acciones polémicas abundan y el propio Xavi Hernández las ha expuesto ante los medios de comunicación en rueda de prensa. La preocupación más allá de que los árbitros no lo aprecien en directo es que el VAR no actúe con criterio para hacer las correcciones pertinentes. El juicio de Pol van Boekel es la clara muestra de ello, perjudicando al Barcelona en dos compromisos cruciales para la permanencia del equipo en Champions League. El malestar abunda en la cúpula del club y son situaciones que se prestan para mucho más que conspiraciones.