El FC Barcelona ha aprovechado el lunes para tomarse un día libre después de volver a coger confianza en LaLiga, pero lo que ha cogido a los catalanes a contrapie son las informaciones respecto al interés del PSG en proponerle un trueque entre Mbappé y Coutinho, una misión rocambolesca con el único objetivo de asegurar la permanencia de Neymar. La respuesta culé debería estar bastante clara.

A pesar de la tentación que supondría el ofrecimiento de uno de los cracks con más futuro en el fútbol mundial, las heridas de las discusiones entre azulgranas y 'bleus' son demasiado recientes. El pique que empezó como una cuestión puramente deportiva se convirtió en algo personal cuando entraron en juego los bloqueos en los despachos.

Está claro que mucha culpa recae sobre los jugadores, pero a las continuas negativas por Marco Verratti siguió el fichaje más caro de la historia, abonando la cláusula de uno de los integrantes del tridente inseparable del Camp Nou, algo que parecía impensable pero que se materializó tras un largo, incómodo y lamentable culebrón veraniego.

Coutinho no se toca

En lo estrictamente futbolístico, el intercambio genera algunas dudas, aunque deberían esfumarse con una breve reflexión. Está claro que Kylian Mbappé es un atacante de talla mundial, pero los 6 años que se lleva con Philippe Coutinho los compensa el esfuerzo que puso el brasileño en vestirse de azulgrana.

Sería ilógico desprenderse de un futbolista por el que se apostó hasta el punto de convertirlo en el más caro de la historia del club, y más cuando las necesidades culés apuntan en mayor medida al centro del campo que al frente de ataque. Con Andrés Iniesta apurando su carrera y un relevo generacional pendiente, el de Río parece una opción que encaja tanto a nivel deportivo como personal, puesto que su entrada ha sido celebrada por todos los miembros del vestuario.

Neymar es problema del PSG

Y aunque probablemente Mbappé también cuadre en el perfil bajo que buscan los catalanes, su presente y su futuro es cosa del PSG, precisamente el que está preocupado por un Neymar que no ha parado de flirtear con el Real Madrid. Aumentar la colonia 'verdeamarelha' en París con un amigo personal del de Sao Paulo es una medida desesperada para tratar de atarle a la Ligue 1, en la que se ha especulado que no está cómodo desde el momento en que llegó.

Pensar en allanar el camino de un adversario que ha despojado al Barça de uno de sus intocables sería un error difícil de entender de los dirigentes, contando además que permitiría consolidarse a un rival directo en Europa. Sabiendo todo el currículum que llevan acumulado parisinos y catalanes, sin pensarlo más de un segundo la contestación debería mantenerse clara: Un 'no' rotundo.