Fue un 2 de enero de 2015 cuando, antes de disputar el encuentro de Liga BBVA ante la Real Sociedad en Anoeta, el mejor jugador del mundo y el entrenador se enfrentaron en la ciudad deportiva azulgrana después de un desencuentro en una "pachanga"

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Este dos de enero se cumple ya un año del pique entre Leo Messi y su entrenador Luis Enrique, que a punto estuvo de costarle el puesto al técnico asturiano. Fue antes de la derrota ante la Real Sociedad por un gol en propia puerta de Jordi Alba cuando ambos acabaron enfrentándose y diciéndose de todo preparando el partido frente a los vascos en la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí.

Todo vino en una "pachanga" que los azulgranas disputaban en el campo de entrenamiento y en la que Luis Enrique era el árbitro. A Messi no le gustó una decisión de "Lucho" y empezaron a picarse hasta que todo estalló con una agria conversación de la que se hizo eco el diario "MD", a pesar de que sucedió a puerta cerrada. Varias fuentes lo confirmaron y, días después, el mismo Jeremy Mathieu dejó claro que había sucedido.

Tras el "pique" llegó el partido ante la Real Sociedad donde Leo fue suplente, poniendo por tanto todos los focos en el suceso y la repentina suplencia del mejor jugador del mundo. La derrota final no ayudó en nada al entrenador de Gijón, que acabó pagando con la destitución de Andoni Zubizarreta toda la crisis iniciada ese día dos de enero.

Tras el partido Leo no se presentó al siguiente entrenamiento, según apuntaron varios medios de comunicación como "Sport" durante esos días, tras afirmar que se encontraba indispuesto con gastroenteritis. Visto lo que estaba sucediendo y el mal rumbo que estaba tomando el equipo, los capitanes Xavi Hernández y Andrés Iniesta decidieron tirar adelante con el grupo y acabaron formando la famosa conjura que ha llevado a los futbolistas a conseguir cinco de los seis t´tulos disputados el pasado año.

Por su parte, la relación actual entre el argentino y el asturiano es de respeto, cordialidad y confianza. Ambos desenterraron el hacha de guerra y desde entonces las cosas han ido viento en popa.