Si el rendimiento deportivo estaba salvando el verano a un Barça con demasiados problemas en los despachos, la derrota frente al Real Madrid ha llegado en el peor momento para los directivos del conjunto catalán y para Ernesto Valverde, al que se le ha caído un castillo que había defendido con honores en sus primeros enfrentamientos.

Las conclusiones tras el tropezón son varias, pero una de ellas señala claramente a la secretaría técnica, que se ha visto superada después de muchos años presumiendo de cantera y de acierto en los fichajes. Porque los que debían continuar con la dinastía azulgrana no sólo no están en el equipo, sino que refuerzan a los máximos rivales, en España y en Europa.

Casos como el de Isco y Asensio no se pueden volver a repetir, porque están siendo la clave del resurgir de un Real Madrid que estaba muy apagado y al que se le han encendido todas las luces, todas las que ahora le faltan a un Barça al que también se le ha escapado Neymar.

Toca acertar

Si acertar con los fichajes era un imperativo en los planes del FC Barcelona en estas últimas semanas, ahora se ha convertido en indispensable. El propio Sergio Busquets lo reconocía tras el partido, "el equipo necesita fichajes para renovarse", y por lo visto en el Camp Nou, el de Badia tiene razón.

Porque ahora Paulinho, Coutinho y Dembélé no van a parecer caros si encajan y mejoran a un equipo que se va cayendo poco a poco, apaleado por los triunfos de su mayor rival histórico. Hay que poner remedio en el campo, y si no se puede con lo que hay, habrá que hacerlo con lo que llegue, pero urge reaccionar pronto, hay que despertar en los despachos.