El FC Barcelona empató a un gol en el partido de la ronda de octavos de final de la Copa del Rey que disputaba frente al Celta de Vigo en el estadio de Balaídos. De esta forma, nada quedó decidido y la eliminatoria se decidirá en unos días en el partido que se disputará en el Camp Nou, donde los azulgranas tratarán de llevarse el gato al agua.

Uno de los grandes atractivos del partido fue Ousmane Dembélé, que reapareció en un once del FC Barcelona, con 108 días después de que cayese lesionado en septiembre contra el Getafe en partido de Liga Santander 2017-18. Sin embargo, el extremo francés se mostró falto de confianza y tímido en sus jugadas.

Le costó algunos minutos entrar en juego y tocar el balón, debido a la férrea marca de los jugadores del Celta de Vigo. El primer balón que tocó, además, lo envió directamente fuera cuando intentó combinar en profundidad con Denis Suárez, que se incorporaba al ataque desde el flanco izquierdo del ataque culé.

La acción clave que demostró que Dembélé no está al cien por cien, sin embargo, llegó algo más tarde. Un balón largo cayó a los pies del extremo francés, que controló el balón y se dispuso a encarar portería por la banda izquierda. Sin embargo, le faltó la punta de velocidad que es habitual en él cuando está al cien por cien y la defensa gallega le alcanzó. 

Le faltan partidos

Ousmane Dembélé es un gran jugador, pero ahora hay que ir paso a paso y tener paciencia con él. Su velocidad y sobre todo su arranque son dos atributos clave en su juego que todavía no puede desplegar por falta de confianza. Los problemas físicos que ha arrastrado desde septiembre hacen que tenga que entrar poco a poco en juego para readaptarse. Valverde le colocó de delantero centro, una posición en la que tuvo que desgastarse menos que en la banda, donde jugará habitualmente.